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Whitesnake en Barna: el Tío was there

Por El Tío de América

Me presenté puntual en la calle Almogávares de la Ciudad Condal con un cosquilleo familiar que se extendía desde el bajo vientre hasta la zona genital, un casi dolor que aunque habitual no dejaba de ser incómodo… así que hice una parada en el lavabo de la gasolinera que hay por allí, ya que la cola que había formada a la puerta del Zeleste me hacía prever que no iba a poder visitar los evacuatorios durante un espacio de tiempo bastante prolongado.

La mezcla de gente esperando su turno para entrar la verdad es que estaba guay: jevis, chavalitas, veteranos del Vietnam - de los de mi quinta, vamos - … la noche se presentaba muy bien…

Una vez dentro tuvimos que aguantar a los teloneros, de cuyo nombre no me acuerdo y la verdad es que no lo hacían mal, cantaban en inglés y en catalán, pero el cantante se despidió del público allí congregado, y que pasaba bastante de ellos, más o menos con las simpáticas palabras “Bueno, tenemos que acabar y supongo que no os importará (porque a mí tampoco)”. Haciendo amigos el chavalote…

Llegaba el momento y la peña la verdad es que estaba expectante. A mí lo que me sorprendió fue la capacidad de convocatoria del Coverdale y compañía, porque como Whitesnake no saca disco desde el año 97, y la última vez que estuvo en concierto por aquí fue en el 94 con el disco de éxitos que sacó entonces… así que al final será verdad el tópico ese de que el público jevi es el más fiel, porque las entradas llevaban días ya agotadas y aquello era una caldera, troncos, como dice el Jordi Bianciotto en El Periódico, una auténtica sauna finlandesa… Por cierto, que alguien vio la luz en el simpático diario barcelonés, no sé si el director Antonio Franco o el jefe de la sección de espectáculos, Nacho Para, y no mandaron al nefasto de Nando Cruz, que ahí se hubiese marcado una escabechina de tres pares de cojones… ¡material le sobraba!

Y bueno, antes mencionaba lo del público jevi y la mezcla de gente, porque claro, a mucha gente le dices Whitesnake y visualiza 1987, las permanentes, los pantalones de cuero con el lacito en la zona de la huevera, la glamourosa mujer por aquel entonces del Coverdale en los vídeos abierta de patas entre dos Jaguars... Por cierto, esto no sé si lo sabéis pero la jaca en cuestión, una actriz de segunda y presentadora del programa Vídeos de Primera en los USA, se llama Tawny Kitaen, y le ponía los cuernos a Coverdale con nada más y nada menos que OJ Simpson, así que los nombres de ambos se mencionaron muchas veces durante el juicio en el cual el Simpson este fue declarado inocente ante el flipe de muchos, incluído el mío.

Bueno, que se me va la olla, lo que os iba a decir: que antes de 1987 Coverdale y su banda de miembros cambiantes… que ya va por la 14ª versión… más o menos una formación diferente por disco… tenían un prestigio como herederos del blues rock influido por peña como Bad Company o Free, lo que pasa es que entró en escena un iluminado llamado John Kalodner, que fue el ejecutivo discográfico que sacó en los 80 a los Aerosmith del hoyo en el que estaban y el que encumbró a Bon Jovi… pues bien, el señor John Kalodner le dijo a Coverdale, ex vocalista de Deep Purple, no lo olvidemos, “oye, echa a los feos que tienes en el grupo (entre los que habían estado Jon Lord y Ian Paice, teclista y batería de los Purple) y píllate a unos músicos guaperas pero competentes, bueno virtuosos, y adapta tu sonido a los gustos de ahora, que te garantizo salir en la MTV pero a piñón”… Y eso fue lo que pasó, vendió mogollón de aquel álbum y se creó como un cisma entre los fans de la banda: los que prefieren los primeros discos y a los que les molan más los años de la laca y el marcaje potente de paquete…

La verdad es que el lunes por la noche sonaron principalmente los éxitos de la segunda época, de los discos 1987 y Slip of the Tongue, pero también hubo espacio para los temas de álbumes como Ready An’ Willing o Come An’Get It y, además, comenzaron tocando el Burn de Deep Purple enlazado con unos compases de Stormbringer para delirio e histeria colectiva de los allí presentes. También acabó con Coverdale solo en el escenario, cantando a capella Soldier Of Fortune, y es que así cualquiera triunfa en una actuación, con semejante catálogo sin la presión de si a la gente le gustarán los temas nuevos y todo eso… La cuestión es que no hubo bajones de intensidad, la gente lo aclamó todo, pero todo, si en vez de cantar el Coverdale se le hubiesen caído los pedos hubiesen aplaudido igual…

Yo a Coverdale le vi sensacional para sus 54 castañas, sobre todo físicamente y, en lo que concierne a la voz, le escuché (aunque parezca mentira) mejor en los agudos, en las notas altas, que en los graves y es una lástima porque es una de sus virtudes, tiene los graves más bonitos del mundo mundial y me dio la sensación de que a veces sufría para afinar… aunque, no sé, ¡a lo mejor las 6 cervezas que me tomé durante el bolo me afectaron el oído de alguna manera!

Lo que también me gustó mucho fue su sentido del humor típicamente inglés… Sabéis que en el segundo piso del Zeleste está el balcón ése donde se sienta la gente con las piernas colgando, y luego, en la zona más cercana al escenario hay unas rejas para que la gente no salte… Pues Coverdale les preguntó si habían hecho algo malo para acabar en la cárcel, les ofreció pan y agua y les llamó “pobres cabrones”. Un figura este tío…

Los músicos yanquis que le acompañaban eran unos fieras todos ellos, pero yo me quedo con el gran Tommy Aldridge, que es el único que había en el escenario de la época del 1987 (se fue y volvió), y que se marcó un solo de batería con los puños, así a lo bruto… ¡viva el metal!

En definitiva, un pedazo de chou de mucho cuidado, con el público entregado, cantando a grito pelao todas las letras y una banda en verdad en estado de gracia…¡a ver si sacan de una puñetera vez un disco con temas nuevos!…

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